Ángel blanco sentado que irradia pureza y serenidad. El color blanco, tradicionalmente asociado con la luz, la pureza y lo divino, se convierte en un elemento fundamental en esta representación. La blancura del ángel nos sugiere su conexión con los planos celestiales y su carácter benevolente. La pureza que transmite nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de alcanzar un estado espiritual más elevado en nuestras propias vidas.
La figura del ángel se presenta sentada, una posición que evoca estabilidad, introspección y contemplación. Esta pose nos invita a adentrarnos en un mundo interno, donde podemos explorar nuestros pensamientos y emociones más profundas. La mano en la mejilla añade un toque de melancolía y reflexión, como si el ángel estuviera inmerso en sus propios pensamientos. Las alas grandes y majestuosas son otro elemento distintivo de esta figura, que simbolizan la libertad, la ascensión y la conexión con lo divino.
Fabricado en terracota y pintado en blanco mate.
Medidas: alto 14 x ancho 14 x fondo 11 cm.
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